No puedo resistirme a citar este pequeño fragmento de su artículo:

No puedo resistirme a citar este pequeño fragmento de su artículo:

De hecho, la organización incluso ha elegido a dos naturópatas como su presidenta en el pasado, ¡Heather Greenlee y Suzanna Zick!

Hasta que la especialidad de oncología integradora se deshaga de los naturópatas, los acupunturistas y todas las demás charlatanerías que tolera, Latte-Naor y Mao se engañan a precio optimove sí mismos al tratar de presentar su especialidad como basada en la ciencia. Si elimina la charlatanería de la medicina integrativa y la oncología, todo lo que queda es solo la medicina del estilo de vida sin una razón convincente para ser su propia especialidad separada. Es y siempre será la medicina de charlatanería.

Autor

David Gorsky

La información completa del Dr. Gorski se puede encontrar aquí, junto con información para pacientes.David H. Gorski, MD, PhD, FACS es un oncólogo quirúrgico en el Instituto de Cáncer Barbara Ann Karmanos que se especializa en cirugía de cáncer de mama, donde también se desempeña como médico de enlace del Comité de Cáncer del Colegio Estadounidense de Cirujanos, así como profesor asociado de cirugía. y miembro de la facultad del Programa de Graduados en Biología del Cáncer en la Universidad Estatal de Wayne. Si usted es un paciente potencial y encontró esta página a través de una búsqueda en Google, consulte la información biográfica del Dr. Gorski, los descargos de responsabilidad con respecto a sus escritos y el aviso para los pacientes aquí.

Fabrizio Benedetti es profesor de fisiología y neurociencia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Turín en Turín, Italia, mejor conocido como investigador que estudia los efectos del placebo. De hecho, podría decirse que Benedetti es el investigador más famoso e influyente que se centra en los estudios de placebo. De hecho, lo hemos mencionado varias veces aquí en SBM a lo largo de los años, con, por ejemplo, Harriet Hall discutiendo una entrevista sobre placebos que hizo Benedetti, con un seguimiento de los problemas éticos que genera el uso de placebos, así como la mala interpretación de su investigación por un periodista. Su trabajo ha sido utilizado por proveedores de medicina pseudocientífica durante al menos el tiempo que recuerdo haber escrito sobre medicina pseudocientífica, lo que significa cerca de dos décadas. Así que fue con gran interés que varias personas me informaron de un comentario escrito por Benedetti en Clinical Pharmacology. & Therapeutics titulado “El lado peligroso de la investigación con placebo: ¿La ciencia dura está impulsando la pseudociencia?” En él, Benedetti lamenta algo que hemos estado lamentando desde que comenzó este blog, a saber, cómo los charlatanes están cooptando la investigación del placebo para justificar su charlatanería. Si bien me alegró ver que alguien tan renombrado como Benedetti finalmente se dio cuenta de esto y se molestó lo suficiente como para usar su considerable prestigio para publicitar este problema, por otro lado, no puedo evitar sentirme un poco frustrado de que le haya llevado esto. mucho tiempo para hablar de esta manera en el registro en la literatura médica revisada por pares. (También ha publicado en una revista de curandero de acupuntura; no es del todo inocente de sí mismo promoviendo lo que Steve Novella ha descrito como la narrativa del placebo).

Por supuesto, aquí en SBM hemos descrito cómo los charlatanes cooptan los estudios sobre los efectos del placebo para justificar su charlatanería. De hecho, hemos observado muchas veces que, a medida que estudios científicos cada vez más rigurosos han demostrado que, por ejemplo, la homeopatía no tiene efectos que se distingan de los efectos placebo no específicos, algunos homeópatas han dejado de argumentar que la homeopatía tiene efectos fisiológicos reales que impactan positivamente en la enfermedad. y sus síntomas para argumentar que el mecanismo a través del cual la homeopatía “funciona” son los efectos placebo, que se rebautizan en la jerga de los charlatanes como efectos “poderosos de mente y cuerpo” o el poder del pensamiento positivo. Eso sí, como veréis y como subraya Benedetti, los placebos no curan y no producen más que efectos transitorios sobre los síntomas sin afectar al curso global de la enfermedad. No pueden curar el cáncer y no afectan la patología respiratoria del asma. Peor aún, no existen los efectos placebo sin engaño, como hemos repetido aquí muchas veces, a pesar de los intentos del experto en acupuntura Ted Kaptchuk de “probar” lo contrario, lo que hace que la ética del uso del placebo sea muy problemática en el mejor de los casos. También nos gusta enfatizar, como lo hace el propio Benedetti, que no existe un único efecto “placebo”, sino más bien efectos placebo, que van desde los efectos de expectativa, hasta los efectos de observación e informe, el sesgo del observador y varios otros, lo que hace que todo el tema muy complejo y muchas veces incomprendido.

Además, Benedetti me pone un poco de los nervios porque hace que la investigación con placebo suene mucho más maravillosa y prometedora de lo que es. Vemos esto en su introducción, donde habla una y otra vez sobre cómo la “ciencia pura” está validando los efectos del placebo, incluso cita favorablemente dos de los artículos de Kaptchuk sobre “placebos de etiqueta abierta sin engaño”. Debo admitir que hice un poco de facepalm cuando examiné la lista de referencias y vi eso. Sin embargo, pronto comienza a enderezarse:

Aunque esta es una noticia maravillosa para la ciencia, puede que no sea el caso para la sociedad. El número de organizaciones no médicas y curanderos que confían en esta dura ciencia, y en realidad justifican sus extraños y extraños procedimientos, ha aumentado en los últimos años. La afirmación principal es que cualquier procedimiento que aumente las expectativas de los pacientes, que representan el principal mediador de los efectos placebo, es aceptable porque puede activar las mismas vías bioquímicas y redes neuronales que la ciencia pura ha hecho creíbles. Nuestro departamento ha sido testigo de un aumento alarmante de propuestas de charlatanes y charlatanes que idearon nuevos placebos que, según afirman, pueden tener efectos poderosos en esos mecanismos que tanto enfatiza la ciencia dura (Figura 1). El primer grupo de propuestas que recibió nuestro departamento comenzó en 1999 y asciende a 298 hasta finales de 2018, con un aumento en el tiempo. En la Figura 1, el fuerte aumento en 2009 se atribuye a un artículo que apareció en el New England Journal of Medicine,9 afirmando que el nuestro era el laboratorio más importante del mundo que estudiaba placebos, lo que creo que puede haber tenido un gran impacto en la charlatanería. comunidad. Se puede observar que en 2015 se produjo un segundo aumento fuerte, que se puede atribuir a la publicación de esta información en Wikipedia,10 que seguramente difundió estos conceptos en el profano.

Y aquí está la figura:

Benedetti parece tener razón. Hubo un gran aumento de propuestas para él en 2009, lo que corresponde a la publicación de su artículo en NEJM. Supongo que podría haber sido otra cosa, pero parece bastante razonable que el aumento de su fama como el principal investigador del placebo en el mundo como resultado de una publicación en una revista de tan alto impacto llevaría a charlatanes a contactarlo. También tiene razón. Los charlatanes se aferran a cada nuevo hallazgo científico con respecto a los placebos y los efectos placebo:

Que es lo que hemos estado diciendo durante años, como señalé anteriormente. De hecho, a veces las afirmaciones sobre los efectos placebo pueden incluir hipérboles divertidas, como cuando Robert Schiffman escribió, aparentemente con seriedad, que los efectos placebo no solo son científicos, sino que son una prueba de que Dios existe. No puedo resistirme a citar este pequeño fragmento de su artículo:

Luego, por supuesto, está Deepak Chopra, que se dedica a los efectos placebo como “evidencia” de “curación poderosa de la mente y el cuerpo” o “cómo la mente puede curar el cuerpo”:

Luego está Joe Mercola:

Sus creencias son campos de energía y están trabajando para promover la salud o la enfermedad en su cuerpo en este momento. Cuál depende de ti.

Cuando se trata de la capacidad de tu mente para curarte, NO hay limitaciones. El cielo es el limite.

Y André Evans:

En los estudios clínicos en los que los pacientes reciben placebos, a menudo responderán positivamente debido a la expectativa de que están recibiendo algún tipo de medicamento beneficioso. Aunque no se trata específicamente de las píldoras de azúcar de placebo, este tipo de autotratamiento se puede ver en un caso en el que los propios pensamientos de una mujer la hicieron perder casi 112 libras.

Evans concluye:

Si cree que su enfermedad está empeorando, probablemente empeorará. Si cree que su tratamiento lo está ayudando, en realidad podría causar una autocuración masiva. Asumir una disposición perjudicará automáticamente a su mente y, por lo tanto, hará que su cuerpo reaccione positiva o negativamente.

He comparado esta visión de los efectos placebo con el sistema de creencias de la Nueva Era conocido como El Secreto, que postula que si deseas algo lo suficiente, el universo te lo manifestará y puede ser tuyo. De hecho, los efectos placebo son un aspecto importante de lo que me gusta llamar el dogma central de la medicina alternativa/complementaria/integradora, en esencia, que desear lo hace así. Por lo tanto, no sorprende a aquellos de nosotros que hemos seguido los temas de la charlatanería, la CAM y la medicina integrativa a lo largo de los años que los charlatanes adopten de inmediato cualquier investigación placebo que puedan representar como una “prueba” del poder de la mente para sanar el cuerpo y que cualquiera que sea el woo que están vendiendo “funciona” a través de efectos placebo.

Benedetti nota con alarma la cantidad de condiciones por las cuales los curanderos abogan por la medicina placebo, incluido el cáncer, las enfermedades infecciosas, los trastornos del sistema nervioso central como el Alzheimer y las enfermedades de Parkinson, la infertilidad (y para prevenir el embarazo) y más. Aquí es donde llegamos al meollo del artículo de Benedetti, en el que hace varias preguntas e intenta responderlas, entre ellas:

¿Cuál es el límite ético para repartir placebos y aumentar las expectativas?¿Podemos aceptar todos los medios disponibles, ya sea una pastilla de azúcar o un brebaje extraño?¿Qué pasa con aquellos pacientes que confían en los rituales bizarros pero no en las drogas convencionales?¿Deberían activarse sus mecanismos cerebrales relacionados con las expectativas mediante extraños rituales?

Aquí está el párrafo del dinero:

Aunque seguramente sea difícil encontrar una solución definitiva a estas cuestiones éticas, creo que al menos dos aspectos deben ser profundizados: la educación y la comunicación. Necesitamos educar y comunicarnos con los pacientes y los profesionales de la salud para que comprendan mejor el fenómeno del placebo y los problemas relacionados. Un primer punto que debe enfatizarse es que los placebos no curan, sino que, en ocasiones, pueden mejorar la calidad de vida. Hay mucha confusión sobre este punto y, lamentablemente, muchos afirman que pueden curar prácticamente todas las enfermedades con placebos. La ciencia dura nos dice que los placebos pueden reducir síntomas como el dolor y la rigidez muscular en la enfermedad de Parkinson, pero la progresión de la enfermedad no se ve afectada; por ejemplo, en la enfermedad de Parkinson, las neuronas siguen degenerando a pesar de que algunos síntomas pueden reducirse por un corto tiempo.4 El segundo punto está relacionado con el primero. El tipo de enfermedad es crucial y necesitamos que la gente entienda que el dolor es diferente al cáncer y que la ansiedad es diferente a las enfermedades infecciosas. De hecho, el componente psicológico de algunas enfermedades puede ser modulado por placebos, pero los placebos no pueden detener el crecimiento del cáncer, ni pueden matar las bacterias de la neumonía. El tercer punto está relacionado con la diferencia entre los efectos placebo reales y las remisiones espontáneas. Hasta ahora, la ciencia dura ha estudiado el efecto placebo en un lapso de tiempo de horas/días, lo que limita nuestro conocimiento a efectos de corta duración. En consecuencia, los efectos duraderos a menudo se pueden atribuir a remisiones espontáneas.

No estoy seguro de qué quiso decir exactamente Benedetti con la última parte sobre las remisiones espontáneas. La primera vez que leí esto, pensé que estaba insinuando que los efectos del placebo podrían causar remisiones espontáneas, pero una nueva lectura sugiere que se refería a que los pacientes afortunados que eligieron la charlatanería y tuvieron la suerte de tener una remisión espontánea atribuyeron erróneamente su buen resultado a los efectos del placebo. . Por supuesto, aunque no he visto un ejemplo de un paciente que atribuya la remisión del cáncer a los efectos del placebo, ciertamente he visto (y documentado) muchos casos de pacientes que se sometieron tanto a terapia convencional como a tratamientos médicos alternativos para, digamos, el cáncer y no atribuirán su buena fortuna a la medicina alternativa en lugar de a la terapia convencional de “cortar, quemar, envenenar” (como les gusta llamarla a los charlatanes).

Benedetti, por supuesto, tiene razón en que los placebos, en la medida en que lo muestra la “ciencia pura”, no curan ni curan. De hecho, como hemos argumentado, ciertamente es muy discutible si tienen algún efecto clínicamente significativo. Después de todo, en los ensayos clínicos, un placebo no es más que un tratamiento inerte que sirve como sustituto de todos los demás factores de confusión en los tratamientos de los pacientes que pueden afectar los resultados: historia natural de la enfermedad, sesgo del médico y del paciente, regresión a la media, Efecto Hawthorne (sesgo del observador) y más. Incluso se ha argumentado que los efectos del placebo son principalmente un artefacto del proceso de ensayo clínico. De hecho, una revisión Cochrane de 2010 sobre los efectos del placebo para todas las intervenciones señala que los efectos del placebo varían de grandes a inexistentes, incluso en ensayos clínicos bien realizados y que estas variaciones se explican en parte por variaciones en la forma en que se realizaron los ensayos, el tipo de placebo utilizado, y si se informó a los pacientes que el ensayo incluía placebo. La revisión también señaló que es “difícil distinguir los efectos del placebo informados por los pacientes de los informes sesgados”. En general, los autores no encontraron que las intervenciones con placebo tuvieran efectos clínicos importantes en general. De manera similar, en 2001, un análisis de ensayos clínicos publicado en el New England Journal of Medicine que comparaba placebo con ningún tratamiento encontró “poca evidencia de que los placebos tengan efectos clínicos poderosos” y “no tuvieron efectos significativos en los resultados objetivos o binarios”. Básicamente, la preponderancia de la ciencia sugiere que los efectos placebo son probablemente en su mayoría artefactos ilusorios del diseño de estudios clínicos. No puedo dejar de notar que incluso el propio Benedetti aún no aboga por el uso de placebos en la práctica clínica, habiendo afirmado que son útiles para estudiar en ensayos clínicos, pero que hay demasiados problemas prácticos y éticos en la práctica clínica.

Aún así, es difícil no estar de acuerdo con la conclusión de Benedetti:

En general, hoy en día el fenómeno del placebo sigue siendo una paradoja y un efecto que no es fácil de manejar. Además de los hallazgos recientes de la ciencia dura, muchas preocupaciones éticas limitan las implicaciones y aplicaciones. Sin duda, debemos realizar más investigaciones en esta dirección, pero siempre se deben tener en cuenta los posibles peligros del uso indebido y el abuso. Desafortunadamente, la charlatanería tiene hoy un arma más de su lado, que paradójicamente está representada por los mecanismos placebo respaldados por la ciencia dura. Esta nueva “charlatanería científica” puede hacer mucho daño; por lo tanto, debemos ser muy cautelosos y vigilantes en cuanto a cómo se explotan los hallazgos de la ciencia pura. El estudio de la biología de estos aspectos vulnerables de la humanidad puede revelar nuevos mecanismos de cómo funciona nuestro cerebro, pero también puede tener un profundo impacto negativo en nuestra sociedad. No podemos aceptar un mundo en el que las expectativas puedan ser aumentadas por cualquier medio y por cualquiera. Esta es una perspectiva que seguramente sería preocupante y peligrosa.

Category: Uncategorized